Tenía años sin preparar esta receta que tanto disfruto. El porridge de avena es un desayuno nutritivo y perfecto para arrancar el día con energía. Te da saciedad por varias horas, es una gran forma de comer algo calentito en las mañanas, ideal para días de frio y es super nutritivo.

Lo mejor del porridge de avena es que se hace en pocos minutos y podés personalizRatios arlo cada día y así variar sus sabores y texturas.

¿Qué necesitás para hacer porridge de Avena?

Avena: si llevás una alimentación sin gluten, comprá avena certificada sin gluten para asegurarte que no esté contaminada con gluten. Mi preferida en España es esta marca. Hay diferentes tipos de avena: avena arrollada, avena instantánea, avena triturada, etc. Y cualquiera que tengas y consigas estará bien para este receta. Simplemente tené en cuenta que cuanto más gruesa sea tu avena, más líquido vas a necesitar para hidratarla.
Agua (o leche si tenés a mano y querés darle más cremosidad y aportar grasas)

Esta es la base de cualquier porridge, pero para darle sabor, dulzor, texturas podemos agregar infinidad de ingredientes, superalimentos, frutas, semillas, nueces, especias, etc, etc. Acá te dejo las opciones que más uso, pero sentite libre de cambiarlas por lo que tengas en tu casa:

Banana: le aporta dulzor además de que es una de mis frutas preferidas
Semillas de Chia: ayuda a darle cuerpo, aporta grasas saludables y son excelentes para una buena digestión (agregar 4 cdas de líquido por cada cda de chía)
Canela: le da ese aroma y calidez único, ideal para perfumar tu cocina en una mañana de frio
Maple Syrup: aporta minerales, y es un endulzante muy saludable

3 formas de preparar el Porridge de avena:

Frio: Para poder comerlo frio, es importante remojar la avena la noche anterior. De esta forma le damos tiempo a la avena de hidratarse bien. Para optar por esta opción, mezclá la avena con el agua la noche anterior. Tapala y dejá reposar en la heladera. Al día siguiente agregá tus toppings y disfrutá! Para esta opción la avena mediana o triturada (no harina) es una mejor opción.
Caliente: herví la avena con el agua por unos minutos hasta que la avena absorba el agua y logres una consistencia cremosa. Podés agregar canela, chia y media banana pisada en el último minuto y luego servir con rodajas del resto de la banana y decorar con maple syrup y un
Horneado: Mismo proceso de la versión fria o caliente, y luego se coloca en una cazuela para horno y se hornea por 15 minutos hasta que se dore la superficie.

Proporción de Avena-Agua

Esta es quizás la parte más importante de esta receta. Es importante usar una buena proporción de avena-agua para poder hidratar lo suficiente a la avena. Como te comentaba al principio del post, la avena arrollada gruesa necesita más agua y un poco más de tiempo para hidratarse o cocinarse. Por eso acá te voy a dar la proporción básica para la avena gruesa y tené en cuenta que si usás avena más fina, podés usar menos líquido e ir agregando poco a poco hasta que la avena ya no absorba más agua.

La proporción que recomiendo es 1 parte de avena por 3 partes de agua. Es decir que si usás 1 taza de avena, vas a necesitar 3 tazas de agua. En este caso, vas a ver que usé 1/3 taza de avena por 1 y 1/4 de agua. Este adicional de 1/4 taza es porque agregué 1 cda de chia que también va a absorber 4 partes de agua.

Con estas referencias podrás preparar porridge como prefieras. O si te mareé con las matemáticas, simplemente seguí la receta al final del post y vas a tener éxito asegurado!

Otras opciones de desayunos: